LUXACION DE CODO. GRAN INESTABILIDAD.
La luxación de codo, es un problema grave, que requiere asistencia
médica inmediata, y lograr la reducción de la forma más precoz y efectiva
posible. Existen distintos tipos según el número de ligamentos lesionados, o la
asociación con lesiones óseas.
El conocimiento en profundidad de esta patología puede conducirnos
como médicos a minimizar las complicaciones que sufrirá el paciente tras
padecer esta lesión.
Nuevas técnicas de tratamiento nos permiten minimizar las secuelas,
pero debemos conocerlas en profundidad. Exponemos aquí una nueva técnica para
tratar una luxación aguda de codo, altamente inestable, mediante biotenodesis
con tornillos interferenciales.
Esto nos permite una rehabilitación más precoz y agresiva.
La luxación de codo es una patología que suele ser compleja de
tratar. Presentará pocos problemas si es aislada y no se asocia a lesión
ósea/cartilaginosa y la lesión ligamentosa es única y se dan las condiciones
para que cicatrice bien. En caso contrario puede ser frustrante tanto para el
médico como para el paciente dadas las tremendas complicaciones a las que
conduce.
Es esencial conocer la anatomía de los ligamentos del codo (enlace),
conocer la fisiopatología de estas lesiones y disponer de un algoritmo
(enlace), que nos permita clasificar correctamente la lesión para tratarla de
la forma más adecuada.
Por otra parte las fracturas asociadas, de la cabeza del radio, de
la estiloides del cúbito, y la combinación de estas (triada terrible), harán el
problema más difícil de solventar.
Conocer cómo, el orden secuencial de reparación y el empleo de
distintos procedimientos (fijadores externos, internos…), es importantísimo y
esencial para tratar estas lesiones (enlace).
Las complicaciones de no conseguir una recuperación anatómica son
desvastadoras en el sentido de rigideces complejas y permanentes o
inestabilidades. No debiendo desdeñarse las lesiones neurológicas y/o
vasculares.
Gracias a los nuevos diseños de la industria, y la investigación que
comporta, hoy contamos con nuevos sistemas que son prometedores para alcanzar
resultados si no óptimos si satisfactorios, a la vez que dotar de una
estabilidad que nos permita iniciar la rehabilitación de forma rápida,
protegiendo las estructuras reparadas mientras se produce la cicatrización.
En el siguiente vídeo exponemos un caso de gran inestabilidad de
codo tras una luxación, lo que en nuestra clasificación vendría a ser un
estadío IIIC, y su reparación mediante una biotenodesis del complejo externo,
que nos ha evitado la reparación del complejo interno, minimizando de este modo
la disección y la rigidez subsiguiente, así como hacer innecesario el uso de un
fijador externo de codo (enlace) para proteger la reparación.
Esperamos que pueda ser útil a la hora de afrontar el tratamiento de
esta patología, y hacer comprender al paciente afecto de esta lesión, el grado
de colaboración y participación que ha de tener en su recuperación.
FRACTURA DE APOFISIS CORONOIDES EN EL CODO
EPICONDILITIS. CODO DE TENISTA O GOLFISTA.
El codo de
tenista, golfista, epicondilitis, etc…; es un proceso bastante frecuente e
incapacitante que tiene lugar en el lado lateral del codo, donde se encuentra
el origen de los músculos extensores de la muñeca. Su nombre correcto sería
tendinopatía lateral de codo. La primera unidad muscular afecta es el extensor
carpi radialis brevis, pero su origen es inseparable del resto de la
musculatura extensora, sin embargo su tendón es el más profundo y próximo al
hueso.
Su
origen se ha atribuido a traumatismos repetidos, los procesos de reparación no
son lo suficientemente resolutivos y se desarrolla una tendinosis crónica.
Los
estudios indican que tiene un curso auto-limitado, y que en un 80% de pacientes
se resuelve en un periodo de un año, pero un 10% de pacientes pueden necesitar
cirugía.
Major
lo describió en 1880 en jugadores de tenis, y desde entonces el proceso se ha
conocido como codo de tenista, pero ocurre en muchísimas personas que no
practican este deporte siendo normalmente trabajadores manuales, que desempeñan
trabajos de fuerza o repetitivos con la extremidad superior, y que causa gran
impotencia funcional, y limitación al afectarse la prono-supinación.
Hay
que descartar que el paciente presente un cuadro de hernia discal con
radiculopatía, que exista una osteocondritis disecante del capitellum (el dolor
suele ser más distal), un atrapamiento nervioso del interóseo posterior, ramo
del nervio radial, o una inestabilidad de codo por distensión del ligamento
lateral externo.
Un
tratamiento con anti-inflamatorios no esteroides, fisioterapia con re-educación
del codo, ortesis que limiten la tensión de la musculatura extensora sobre su
origen epicondíleo, suele ser la primera línea de tratamiento.
Las
infiltraciones suelen mejorar inicialmente el proceso, pero pueden no ser
efectivas, perpetuarse el proceso, o producir efectos indeseables sobre la zona
como la necrosis grasa o despigmentaciones….
No
hay evidencia científica sobre la acupuntura o las ondas de choque, si la hay
sobre la inyección de toxina botulínica, pero su precio, efectos indeseables y
la debilidad que produce al paciente sobre periodos de 3 meses mínimos hacen
muy cuestionable su uso.
Si
el tratamiento médico-ortésico falla tras aplicarse correctamente durante unos
seis meses puede estar indicado el tratamiento quirúrgico, pudiendo adelantarse
este si los síntomas son muy incapacitantes.
Del
tratamiento quirúrgico, la cirugía tradicional, la percutánea y la artroscopia
tienen unos resultados aceptables.
De
las cirugías abiertas, el fracaso puede deberse a no visualizar correctamente
la aponeurosis del extensor carpi radialis brevis que es la más profunda.
La
artroscopia parece imponerse debido a que permite visualizar el interior de la
articulación y puede detectar lesiones que son la causa verdadera y que de otro
modo nos pasan desapercibidas, además el origen del extensor se aborda mejor.
Permite al paciente un retorno más rápido a su actividad y el alivio del dolor
se muestra muy consistente. Sin embargo tiene el riesgo de que se pueden lesionar
estructuras nerviosas, y de hecho está contraindicada cuando se ha operado
previamente el codo, y máxime si se ha realizado una transposición nerviosa.
En
el siguiente vídeo se exponen los conceptos más novedosos.
Esperamos
que les pueda ser útil.